Historia

Escuela Intermedia Dr. Facundo Bueso

ESCRITO EN
May 22, 2019
ÚLTIMA EDICIÓN
June 6, 2019
Carlos Canales
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Introducción

Como hablando con sus hijos, Carlos Canales narra algunas vivencias en la Escuela Intermedia Dr. Facundo Bueso.

Escuela Intermedia Dr. Facundo Bueso

por

Carlos Canales

Hace unos meses la demolieron.

En Facebook exalumnos escribieron comentarios conmovedores.

Para los que no la vieron, como ustedes, es como si nunca hubiera existido. El pasado se reduce a los libros y a la memoria, que salva y condena. Cuando somos niños vemos cómo se construye un mundo, pero lo que no sospechamos es que veremos morir ese mundo también.

Estudié aquí de agosto de 1968 a mayo de 1971.

El primer día de clases nos impresionamos cuando cruzamos los portones principales. Vimos a un grupo de muchachas, con atrevidas minifaldas, cantando y bailando ¡Viva la gente! Era una coreografía perfecta. Parecía el acto artístico de apertura de la Copa Mundial de Fútbol.

En el patio había unos árboles con unos bancos y ahí discutíamos de baseball, escuchábamos el programa deportivo de Ramiro Martínez y Terry García comentando los partidos de la Liga Profesional de Baseball de Puerto Rico y los resultados de los juegos de Grandes Ligas. También escuchábamos a la primera emisora de salsa del mundo WVOZ Radio Voz.

En ese patio vimos varias peleas.

Hubo una que no olvido.

Peleaban dos muchachas.

Alguien dijo: Por favor, no apriete el Charmin.

A la directora la apodábamos la Loba y tenía reglas estrictas. Si un estudiante faltaba a clases tenía que traer una excusa firmada por sus padres; y si íbamos sin el uniforme teníamos que llevar una excusa también.  Así que aprendimos a copiar las firmas de nuestros padres. Y todos éramos hijos y padres.

Gian, ¿qué te recuerda esta historia?

En la clase de biología la maestra nos enseñó sobre la simbiosis.

Enfrente de la escuela había una tiendita que vendía Koolie y mayorcas.

Cuando comprábamos Koolie y mayorcas aplicábamos lo que habíamos aprendido...

Nos divertíamos.

En la clase de español de séptimo grado nos asignaron la lectura de la novela El final de Norma.

Cuando teníamos una hora libre, nos íbamos a la Farmacia Alberty o a la Farmacia Mi Botica.

En las fiestas de diciembre y mayo, bailábamos boleros con las muchachas que nos gustaban.

Aquí nos fuimos enterando de los golpes de la vida.

Hacíamos preguntas y no entendíamos las respuestas...

Les cuento.

Una maestra joven, contenta y feliz, todos la queríamos, enfermó de una enfermedad terminal y la liquidó en dos o tres meses. La noticia de su muerte nos desconcertó.

En este momento la veo entrar, risueña, saludándonos.

¡Cuántas experiencias destruidas!

Vivimos la alegría que nos contagiaba.

Compartimos el dolor que nos unía.

Penas y desilusiones de amor.

Recibimos los golpes de la realidad.

Nos enterábamos de los dramas familiares todos los días.

En esta escuela nos fuimos dando cuenta de las complicaciones de la vida.

A las 2:10 p.m. terminaban las clases y a los que no vivíamos en el pueblo nos esperaban unas guaguas públicas estacionadas en la calle. En una de esas guaguas escuché una canción que se me quedó grababa en lo más profundo de mi alma.

La canción era Caminante no hay camino y la cantaba Joan Manuel Serrat.

Toca ► para escucharla:

Dos o tres veces a la semana, sentado en el fondo de atrás de la guagua, escuchaba esa canción que me transportaba al mundo del misterio y de la poesía. Cuando hoy la escucho, siento esa sensación profunda otra vez… Creo que sigo teniendo trece años y sigo estudiando en esta escuela..., demolida..., es un recuerdo lejano, como lo seremos nosotros también.

“Todo pasa y todo queda

Pero lo nuestro es pasar

Pasar haciendo caminos”

4 de febrero de 2019, Norwich, CT, USA

*Esta crónica pertenece al libro inédito San Fernando de la Carolina.

Sobre el autor

Carlos Canales (1955), dramaturgo, narrador y educador. Graduado Magna Cum Laude de la Universidad de Puerto Rico en Ciencias Políticas, Drama y Educación. Obtuvo el grado de maestría en español en University of Connecticut. Ha enseñado en University of Connecticut y Eastern Connecticut State University, entre otras.

Ha estrenado más de 30 obras de teatro. Sus obras se han representado en Argentina, México, España, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá, Venezuela, Costa Rica, República Dominicana y Perú. Varias de sus obras se han traducido al inglés y algunas son texto en universidades norteamericanas, europeas y latinoamericanas. Ha dictado talleres y conferencias de dramaturgia y actuación en diversos países latinoamericanos y europeos.

Ha publicado cuentos en la revista Letras Salvajes y en el periódico El Post Antillano.

Publicó su primer libro de cuentos Los Hombres de los Rostros Tristes (2015). Publicó su primera novela El pájaro rojo (2018). Además, algunos de sus cuentos se han leído en el programa Radio Ficción por las Noches de Argentina.

Carlos Canales
Dramaturgo, narrador y educador. Graduado Magna Cum Laude de la Universidad de Puerto Rico en Ciencias Políticas, Drama y Educación.

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